A veces los publicistas fallan, y lo hacen a gran escala. Una campaña de la que estaban seguros iba a impulsar un gran crecimiento termina fracasando. El pequeño experimento al que apenas le prestamos atención nos toma totalmente por sorpresa. Nunca vamos a poder predecir el futuro, pero es posible barajar las cartas a tu favor para validar tus ideas antes de ponerlas en funcionamiento.
Es aquí donde se puede usar el sistema PIE para validar y priorizar los proyectos en los que te debes concentrar para conseguir los mayores periodos de crecimiento.
La calificación va de 1 a 10 y se realiza así:
Potencial:
¿Cuál es el potencial de este proyecto de alcanzar realmente tu objetivo? ¿De verdad marcará la diferencia y tendrá un impacto significativo? Cuanto mayor sea la probabilidad de que un proyecto específico tenga un gran impacto, mayor será su calificación.
Importancia:
¿Este proyecto generará un gran cambio? ¿Podrá tener grandes repercusiones o solo afectará a una parte muy específica de la empresa? Un buen ejemplo puede ser la revisión del tráfico de una página web antes de decidir lo que se debe optimizar. Optimizar la página de inicio siempre tendrá un mayor impacto que una simple página de destino.
Facilidad:
La calificación de la facilidad es un factor importante porque se centra específicamente en la dificultad que supondrá hacer cambios a una página (o a un conjunto de páginas). Esto puede deberse a razones técnicas, por ejemplo, si el sistema de gestión de contenidos no permite editar ciertas secciones de una página que se pretende editar. Otra razón puede ser la necesidad de consultar a varios interesados antes de realizar cualquier cambio a cierta página (las páginas de productos, por ejemplo), lo que puede retrasar bastante la autorización.
Se debe calificar sobre diez cada uno de estos tres factores y sacar el promedio de los tres para calcular la calificación PIE final. Este es un ejemplo de un proyecto en el que se ha usado la calificación PIE:
Fuente: Widerfunnel